El fin de las tarjetas de control

Dice un viejo proverbio chino, que “añorar el pasado es correr tras el viento”. Creo que ya va siendo hora de centrarnos en correr de control en control y dejarnos de correr tras el viento, afrontando así el futuro con nuevos aires. Aunque siempre es importante acordarnos de nuestras raíces, hemos de seguir avanzando y evolucionando en nuestro deporte, tanto en los aspectos puramente deportivos como en los organizativos.

Me ronda la cabeza una pregunta desde hace algún tiempo:
¿Hasta cuando deberemos sufrir las penurias asociadas a nuestras queridas y antiguas tarjetas de control?

• La toma de tiempos a base de reloj, bolígrafo, paciencia y buena voluntad.
• Comprobación de la validez de las mismas de forma manual, con los problemas que surgen en muchas ocasiones debido que esta práctica.
• Introducción de los resultados en el sistema informático.
• … y esto puede continuar

En busca del resultado perdido...

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De basuras y desperdicios…

Siempre que hablamos de Orientación hablamos de un deporte que usa la naturaleza de una manera no destructiva y la respeta, que en las zonas donde ha habido una competición en unos días ya casi no queda rastro reconocible de lo que allí ocurrió y de que los deportistas son gente respetuosa con el medio ambiente y con la gente de los pueblos que visitamos y utilizamos en nuestras carreras, pero el estado en que quedo el suelo duro de Buitrago parece que no encaja mucho con esta idea.

Papelera ¿infinita?